Trastornos alimentarios o alimenticios

Los pacientes que sufren un Trastorno de la Conducta Alimentaria No Controlada son personas que, cuando pueden acudir a un especialista, se presentan muy preocupadas por el aumento de peso, viven afligidas por no poder controlar las ganas de darse un atracón (hiperfagia) y suelen estar motivadas para recuperar la salud.

Las personas en cuestión, cuando también presentan un cuadro típico de depresión,  llenas de vergüenza, sintiéndose torpes y feas, aunque a menudo hacen que su estado parezca mínimo para su entorno familiar y social.

A medida que el trastorno progresa, se observa un cuadro de ralentización psicológica y motriz, abulia y apatía (menor atención al cuidado personal y a la higiene, inconstancia en el trabajo o en la escuela, inercia física) y diversos trastornos del sueño, como hipersomnia (dormir demasiado) o insomnio con despertar precoz.

No puedo comer tengo ganas de vomitar

El síndrome de alimentación nocturna (SNE) combina un trastorno del sueño y del estado de ánimo con un trastorno alimentario. En concreto, se producen cambios en el comportamiento alimentario, con ataques de hambre nocturnos e inanición matutina, un sueño que se vuelve irregular y actitudes emocionales (ansiedad, estrés, culpabilidad por satisfacer los ataques de hambre nocturnos).

Entre las causas de despertarse y comer por la noche están los desequilibrios hormonales, en los que intervienen las hormonas del estrés y la melatonina, o los neurotransmisores, como la serotonina. Pero tampoco hay que subestimar las causas psicológicas.

En primer lugar, distinga si se trata de hambre emocional o física. En el segundo caso, no hay razones psicológicas para el hambre nocturna, sino que la causa podría ser simplemente la falta de calorías ingeridas durante el día. Puede averiguarlo analizando detenidamente su rutina diaria.

Se acabaron las comidas desordenadas y sueltas. Regularice sus comidas empezando por el desayuno, que debe ser abundante y nutritivo. El aporte calórico de cada comida debe ser escalonado, es decir, un almuerzo abundante y una cena ligera.

Ansiedad por comer y estar enfermo

En cuanto a la comida, parece estar relacionada con esta intensa ansiedad y preocupación que está experimentando. Prueba a tomar pequeños tentempiés durante el día, ¿quizás cada 2/3 horas? También puedes plantearte mimarte durante un rato con la comida que más te guste.

Es importante que trabajes esta fuerte ansiedad que experimentas durante el día. ¿Ha sufrido episodios de ataques de pánico en el pasado o durante este periodo? ¿Y cómo se manifiesta la ansiedad en general?

La ansiedad que describes podría tener relación con el periodo vital que estás atravesando, ver el final de los exámenes podría hacerte pensar en el futuro, de ahí las emociones que sientes.    No sé a qué especialista has consultado, pero si es un profesional especializado en nutrición, te recomiendo que sigas también un itinerario con un psicólogo con el que puedas indagar en el porqué de las emociones que sientes.

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¿Por qué comemos sin hambre?

Utilizo el término «compulsivo» para indicar que la necesidad de comer es sólo psicológica, que falta la necesidad física de comer, es decir, esas señales que tiene nuestro cuerpo para hacernos saber que necesitamos ingerir combustible; el comedor compulsivo come aunque no tenga el llamado agujero en el estómago. Si se pasa el día luchando contra las ganas de comer, expresiones como «tengo hambre» y «ya he comido suficiente», que ahora le son ajenas, pueden convertirse en parte natural y no forzada de su vocabulario.

Estar gordo no siempre es sinónimo de comer compulsivamente, del mismo modo que estar delgado no lo excluye. La delgadez y la gordura están, en gran medida, determinadas genéticamente y para algunas personas el peso puede tener la misma relación con la comida que ser alto o bajo.

El sobrepeso es el peso que refleja una alimentación superior a las necesidades del organismo. El peso normal es el que se alcanza tras curar el hábito de comer compulsivamente.

Ansiedad por comer por la noche

La ansiedad por comer por la noche es un trastorno alimentario que afecta a muchas personas en todo el mundo. Esta condición se caracteriza por un impulso incontrolable de comer alimentos poco saludables durante las horas nocturnas, incluso cuando la persona no tiene hambre. Es importante destacar que la ansiedad por comer por la noche no solo se trata de un simple antojo, sino que es un problema más profundo que puede tener consecuencias negativas para la salud física y mental de quienes lo padecen.

La principal causa de la ansiedad por comer por la noche es el estrés y las emociones negativas. Muchas personas tienden a buscar consuelo en la comida cuando se sienten ansiosas, tristes o abrumadas. El acto de comer puede proporcionar una sensación temporal de satisfacción y bienestar, lo que lleva a un círculo vicioso en el que la persona recurre a los alimentos para lidiar con sus emociones, lo que a su vez aumenta los sentimientos de culpa y vergüenza.

Controlar la ansiedad por comer por la noche puede resultar un desafío, pero existen estrategias que pueden ayudar a superar este trastorno alimentario. En primer lugar, es importante identificar las emociones y los desencadenantes que llevan a los episodios de comer en exceso durante la noche. Mantener un diario de alimentos y emociones puede ser útil para tener un registro de los patrones y desencadenantes específicos.

Otra estrategia efectiva es buscar alternativas saludables para lidiar con las emociones negativas en lugar de recurrir a la comida. El ejercicio físico, la meditación, la lectura o hablar con un ser querido pueden ser opciones más saludables y beneficiosas para controlar la ansiedad y evitar los atracones nocturnos. Además, es fundamental establecer una rutina de sueño adecuada y evitar tener alimentos poco saludables en casa, lo que ayudará a reducir la tentación y fomentar hábitos alimentarios más saludables.