Si puedes hacer un hueco en tu mueble de electrónica y tienes ansias o necesidades de exprimir al máximo tu música, te recomendamos que pienses en un amplificador integrado (estéreo). Puede parecerte una idea incluso obsoleta pero redescubrirás tus discos de una forma que ni te habías imaginado.
Casi toda mi vida como melómano ha transcurrido fiando la reproducción de mi música favorita a un receptor de Home Cinema. Y aunque los he tenido de diversas gamas de precios siempre dentro de mis humildes posibilidades, dentro de mí estaba clavada esa espinita de acceder a una reproducción más fiel y rica. Sabía que podía escuchar mejor mis discos y acerté.
Tiene un toque vintage, lo reconozco. Más, si tenemos en cuenta que en la actualidad existen solventes bases de reproducción en las que enganchar nuestro móvil y disfrutar de la reproducción sonora, pero a quienes apreciamos el respeto a la música tal y como la idearon en el estudio de grabación el ingeniero y el productor, estos vetustos y decimonónicos componentes nos dan mucha satisfacción.
Aposté por un amplificador estéreo de una reconocida firma japonesa. Una gama de acceso que había obtenido excelentes críticas en su franja de precio y reconozco que desde que empecé a rodarlo me sentí plenamente satisfecho.
Incluso desde los presupuestos más austeros se puede tener acceso a componentes realizados con cuidado. Sólidos chasis y pies aislantes que minimizan las vibraciones, componentes internos de calidad y una gama de entradas, incluso digitales, que nos garantizan la compatibilidad con nuestras fuentes de reproducción modernas y tradicionales. Puedes conectar tanto una pletina de cassette como tu móvil vía RCA así como un reproductor de audio en red o un CD vía cable óptico “TOSLINK”.
Cómo saber que amplificador necesito
El primer requisito ya lo hemos dicho y casi todos los amplificadores de primeras marcas lo cumplen: un elenco de entradas capaz de conectar con todas nuestras fuentes de reproducción. Mejor si incluye entradas digitales aunque también puedes comprar un descodificador digital-analógico que se encargue de esta tarea.
El desembolso vendrá limitado por lo que quieras gastar y sobre todo, por la calidad de tus cajas acústicas. Solo te daré una sencilla regla: imaginemos que tenemos 1.000 euros para cajas, amplificador y cables. Destina el 40% del presupuesto al amplificador, la mitad del mismo a las cajas y el 10% a los cables. Y sí, no es una locura, gastar 100 euros en cables puede ser un derroche para el común de los mortales pero te asegurarás algo sumamente importante en el mundo de la alta fidelidad: la sinergia de los componentes. En ese presupuesto, desglosa los conectores (bananas) para no conectar direcamente el cobre pelado a la caja acústica, te asegurarás de esta forma una mejor transmisión de la señal sonora al altavoz e incluso, considera el bicableado para reproducir graves y agudos por separado siempre que tu caja lo permita.
Potencia: valora las dimensiones de la sala de escucha, el volumen al que escuchas la música, tu estilo favorito y el aguante de los vecinos y de quien te acompañe en la vida. Verás que cada fabricante aporta la potencia en magnitudes distintas como, por ejemplo, watios de pico. Que no te mareen ni te trampeen. La medida más fiable es “RMS” a 8 ohmios. El fabricante que aporta esta cifra de forma transparente te toma en serio como melómano. Otros, buscan simplemente alardear de cifras de potencia. Sin salir de este tema, comprueba la compatibilidad en cuanto a impedancia entre las cajas y tu futuro amplificador, un vistazo a la ficha técnica de ambos, previa comprobación del rango de ohmios en los que trabaja uno y otro, te dará idea de si se llevarán bien o mal.
Relación señal/ruido: muy sencillo. No te compliques y apuesta por modelos con más decibelios en esta magnitud.
Poner un poco de cuidado en estas cifras ingenieriles te garantizará una escena estéreo rica, integrada y contundente. Siempre, claro está, supeditado a la calidad de tus cajas, que son, al fin y al cabo, las que van a reproducir tu música.
Amplificadores según su clase y precio
Una vez cumplido el trámite teórico de las comprobaciones ficha técnica en mano, la práctica es tan sencilla como acudir a la tienda y escuchar antes de comprar. Explica al asesor qué tipo de cajas tienes en casa, lleva un disco exigente y que conozcas y fíate de tu oido. Es cierto que en la tienda no podrás reproducir las condiciones acústicas de tu salón pero servirá para hacerte una idea de lo que vas a adquirir y cómo se comporta con distintos estilos de cajas acústicas.
Sugerencias
Para los presupuestos más ajustados, echa un vistazo a la gama de acceso de ONKYO , te sorprenderías del rendimiento que dan por tan poco dinero. Hablamos de verdadera Hi-Fi de calidad si tienes cuidado con las fuentes de reproducción y las cajas acústicas. Los modelos 9010 y 9110 son un excelente punto de partida.
Si hablamos de gama media, las series 6000 de MARANTZ llevan siendo de lo más destacado del mercado en los últimos años. Hablamos de una de las marcas más serias y honradas del mercado, con un alto rigor en las especificaciones técnicas y selección de componentes incluso desde sus modelos más asequibles.
Subiendo el listón de precios por encima de los 1.000 euros encontramos el Cambridge Audio CXA81 (VER PRODUCTO), que ostenta un envidiable nivel de detalle en la reproducción.
Buena inversión
No es necesario gastarse una elevada cantidad para disfrutar de los parabienes de los amplificadores integrados. Prácticamente desde que lo instalas y empiezas a escucharlo, te das cuenta que una fuente de amplificación dedicada al estéreo te da un nivel de especialización tal, que te hace disfrutar más de la música.
Los matices de la voz, las aspiraciones de los cantantes, la línea de bajo o una batería contundente son razones de sobra para invertir en ellos. Pero por encima de todo está la integración de la escena estéreo. Esto signfica que gracias a estos componentes cada instrumentos suena cuando y donde debe sonar, con armonía, y sin que ninguno de ellos impida escuchar al otro, por muchas diferencias de sonoridad que haya entre ellos. El nivel de matiz y detalle al que pueden ascender estos amplificadores bien merecen una oportunidad.