¿Engorda mucho la cerveza?

En el imaginario popular, beber cerveza engorda. ¿Un falso mito o una creencia con algo de verdad? Hoy intentaremos arrojar algo de luz sobre la sensación de hinchazón que provoca esta bebida, viendo sus propiedades, los efectos que puede provocar y cómo calcular las calorías.

Uno de los problemas más frecuentes que aparecen al beber cerveza es una barriga incómoda, una hinchazón que presiona la banda elástica del pantalón y crea un poco de aburrimiento. ¿Qué causa esta hinchazón repentina? ¿Se puede evitar? Por supuesto, se puede evitar si se aprovecha la cerveza correctamente. ¿Sufre a menudo de hinchazón de vientre? Redúcelo al máximo, en nuestro vídeo te explicamos cuáles son los mejores alimentos para combatir el vientre hinchado.

Cerveza: características y propiedades nutricionales

La cerveza es la bebida alcohólica que todos conocemos, de color ámbar, dorado o rojizo, elaborada con malta de cereal fermentada y aromatizada con lúpulo. Hay muchas variedades disponibles en el mercado y en los pequeños comercios, y difieren en sabor, contenido de alcohol y método de producción. Puede gustar o no, pero los bebedores suelen preguntarse si engorda. Por su connotación no alimentaria y por su contenido en alcohol (salvo en el caso de las cervezas totalmente sin alcohol), la respuesta debería ser positiva, pero lo cierto es que la ciencia ha profundizado en el asunto y en los últimos años ha llegado a la certeza de que la cerveza no engorda realmente, siempre que se beba con moderación. Intentemos entender mejor por qué, empezando por las propiedades de esta bebida dorada que quita la sed. La cerveza comparte algunas características con otras bebidas conocidas, como el vino, la sidra y algunas bebidas espirituosas como el whisky, la grappa, el ron y el vodka… pero tiene algunas peculiaridades que la diferencian de las demás. La más importante es que la cerveza es en realidad una solución de agua y alcohol etílico, en la que se diluyen la malta y algunas sales minerales. Evidentemente, el hecho de que contenga cantidades variables de alcohol, desde aproximadamente el 3% hasta el 10%, hace que se clasifique como una bebida no apta para embarazadas y menores, precisamente por los efectos psicológicos y fisiológicos que puede desencadenar, que difieren de una persona a otra.

Consumo de cerveza y aumento de peso: ¿existe una correlación?

La ciencia nos dice que cuando se consume con moderación, la cerveza no provoca un aumento de peso considerable, pero cuando se consume en exceso o a diario, entonces sí, provoca un aumento de peso. Es una sustancia que nuestro cuerpo no necesita en absoluto, que no es esencial para nuestra salud y que, por lo tanto, no debe beberse más allá de los límites recomendados. Dicho esto, tenemos que romper una lanza a favor de la bebida dorada: es la bebida alcohólica que combina el menor contenido de alcohol con el mayor contenido de agua (alrededor del 93%) y tiene un bajo contenido de azúcar; por eso puede ser menos perjudicial para los diabéticos y nos hace ir tanto al baño (¡su efecto diurético lo sentimos muchos!). Así que, para resumir, hay pros y contras de beber cerveza en compañía o con una buena pizza; ¡depende de ti! Lo principal es no beber demasiado, porque además de sus efectos desagradables, tiende a hacernos engordar. En nuestro cuerpo, esto es lo que ocurre cuando tomamos una bebida alcohólica: el metabolismo de las grasas se suspende, haciendo que el alcohol (que suele ser reconocido por nuestro organismo como una sustancia a eliminar, por ser perjudicial) pase a primer plano y provoque una acumulación momentánea de grasa. Así que vigila cómo consumes tu bebida favorita. No te excedas y ten cuidado con la combinación de alcohol y grasa.

¿Cuántas calorías contiene un vaso de cerveza?

Como ya hemos visto, el consumo de cerveza se permite sin problemas cuando se combina con un comportamiento responsable caracterizado por los cero excesos. Pero, ¿cuánto contiene en calorías un vaso de lúpulo? Algunas de estas bebidas no son para nada pesadas, de hecho son mucho más «ligeras» de digerir que los cócteles súper azucarados, pero muchas veces no prestamos atención a la cantidad de calorías que estamos ingiriendo, sobre todo si queremos hacer un poco de dieta para las vacaciones de verano y estamos en la comida en la que se nos permite hacer el tonto. Por desgracia, no tenemos buenas noticias: la cerveza es bastante calórica si se quiere beber una botella estándar. Una botella de 33 cl puede contener entre 150 y 300 kcal, dependiendo de su contenido en malta, de otros ingredientes (tomemos por ejemplo algunas cervezas «especiales», aromatizadas con miel o cítricos) y de su contenido en alcohol. Una cerveza es tan alcohólica como su contenido calórico. Para que te hagas una idea, piensa que si te regalas 2/3 cervezas pequeñas en una noche de fiesta, estás ingiriendo las mismas calorías que una pizza de cuatro quesos… ¡No es precisamente lo ideal como tentempié para una dieta! Si, por el contrario, optas por un vaso de 100 g, puedes estar más tranquilo porque, estimando una baja graduación de 3,5%, te quedas en 35 kcal. Con los tipos más complejos y elaborados, como la doble malta, estas cifras aumentan pero no de forma significativa.