

La subida de las temperaturas y la abundancia de agua de principios de Febrero traen consigo un evento natural que suele pasar desapercibido: el comienzo de la época reproductora de los anfibios. Movimientos de cientos de individuos, conciertos nocturnos, charcas llenas de amplexos y huevos gelatinosos… Un frenesí reproductivo que se prolongará hasta finales de Mayo y hace únicas a las comarcas que tienen el privilegio de albergar esta biodiversidad.
Pensaréis, ¿entonces por qué tan desapercibido? Pues porque, por desgracia, los anfibios como los sapos y salamandras y los reptiles como los lagartos y las serpientes son de los animales más desconocidos y desfavorecidos por la sociedad. Algo totalmente injustificado:
-No son peligrosos, ni agresivos. No conviene tocarlos puesto que pueden causarte molestias: si los dejas tranquilos, ellos ni siquiera repararán en ti.
-Son eslabones fundamentales de los ecosistemas: son la base de la dieta de gran cantidad de animales de mayor tamaño, pero además son controladores de plagas muy efectivos al alimentarse de insectos y micromamíferos. Son aliados contra la transmisión de enfermedades y la salud del entorno.
-Son especies clave para la investigación de algunos aspectos que nos afectan directamente, por ejemplo en medicina para la regeneración de extremidades o como modelos para entender el cambio climático.
-Su elevada biodiversidad a nivel nacional y local suponen un Patrimonio Natural único e irremplazable. Si conservamos una catedral de cientos de años, ¿por qué no conservamos especies con una biología que ha evolucionado durante millones?




Para contrarrestar este desconocimiento, el día 24 de Enero la Asociación Iberozoa realizó una actividad de Educación Ambiental totalmente novedosa en el Aula Ambiental de las Vaquerizas en Tres Cantos: la “Gymkana de anfibios”. Los niños se metieron en la piel húmeda de estos curiosos seres y pasaron a ser los anfibios de Tres Cantos por un día: escondieron sus huevos como discretos tritones pigmeos (Tryturus pygmaeus), sacaron sus costillas para defenderse como peculiares gallipatos (Pleurodeles waltl), reconocieron el canto de sus compañeros como estridentes ranitas de San Antonio (Hyla molleri), memorizaron el circuito hacia la charca como grandes sapos comunes (Bufo spinosus), cargaron con sus huevos hasta el agua como buenos sapos parteros ibéricos (Alytes cisternasii), saltaron a sus depredadores como enérgicas ranas comunes (Pelophylax perezi), compitieron por llegar los primeros como ansiosos sapos corredores (Epidalea calamita), atravesaron un circuito subterráneo como cautelosos sapos de espuelas (Pelobates cultripes) y perdieron sus colas para hacer la metamorfosis como escurridizos renacuajos. Porque sí, todas esas especies viven entre nosotros, ¡incluso entre los edificios nuevos del Parque Norte! ¿Eras consciente de ello?. Tienes toda la información de la actividad en nuestra web Iberozoa Junior .


Por desgracia, los anfibios son el grupo de vertebrados más amenazado a nivel mundial. Por eso es necesario tanto esfuerzo de concienciación. El primer paso para conservar es conocer, y la Asociación Iberozoa lleva ese conocimiento a todos los públicos a través de sus proyectos de Educación Ambiental, de vídeos como los que adjuntamos a continuación sobre los anfibios de Tres Cantos o de sus proyectos de investigación y conservación en el Parque Norte de la ciudad. Pero eso es material para otro artículo.
Hasta entonces, difunde este contenido para sumarte a esta ola de concienciación por la naturaleza. Ah, y ¡cuidado en la carretera, que comienza la temporada de anfibios!