Desde la antigüedad, a la menta se le atribuyen numerosas cualidades medicinales.
Las hojas, las flores y los tallos de la menta se utilizan a menudo frescos o secos en infusiones o como aditivos en mezclas con otras hierbas y especias, no sólo para aportar aroma y sabor, sino también como remedio para tratar las náuseas, la bronquitis, la flatulencia, la anorexia, la colitis ulcerosa y los trastornos hepáticos, debido a sus propiedades antiinflamatorias, carminativas, antieméticas, diaforéticas, antiespasmódicas, analgésicas, estimulantes y anticatarrales. En el sector de la herboristería y la farmacología, el interés y la variedad de usos han hecho de la menta una de las plantas medicinales más importantes.
La menta es una planta herbácea muy aromática que todo el mundo conoce y utiliza a diario sin apenas darse cuenta. Comprende cientos de subespecies, que a menudo difieren entre sí tanto morfológicamente como en su composición química. Estas diferencias son a menudo decisivas para sus características organolépticas y sus propiedades medicinales. Por lo tanto, saber reconocerlos permite apreciar mejor su beneficioso potencial.
Menta: ¿qué es?
La menta pertenece a la familia Labiatae (rebautizada como Lamiaceae), un grupo de plantas que se encuentran en todo el mundo en las regiones templadas y cálidas del Mediterráneo, bien adaptadas a los suelos rocosos y calcáreos. Las plantas de esta familia se caracterizan por la presencia de glándulas ricas en aceites esenciales fuertemente perfumados contenidos en los tallos y las hojas. Por ello, muchas de ellas se incluyen entre las hierbas aromáticas y se utilizan ampliamente por sus propiedades medicinales.
El género Mentha es uno de los principales miembros de la familia y comprende un gran número de especies de malas hierbas herbáceas perennes que se hibridan fácilmente, dando lugar a una amplia gama de subespecies.
Esto hace prácticamente imposible determinar la especie más antigua que dio origen al género Mentha y dificulta el reconocimiento de los cientos de variedades. A lo largo del tiempo, el género Mentha ha dado lugar a un surtido de especies y cultivares y cruces, que difieren en la forma y, sobre todo, en la composición aromática, generando diferentes matices de sabor que hacen de la menta una de las aromáticas más interesantes.
Propiedades nutricionales de la menta
La composición de macronutrientes de la menta es baja en proteínas, con poca grasa y muy pocos hidratos de carbono. En cambio, abunda la presencia de agua. Entre los oligoelementos, la menta tiene una composición rica en hierro, calcio y potasio y otros minerales. También tiene un complemento completo de vitaminas del grupo B, vitamina C, provitamina A y folato en concentraciones muy altas.
También tiene un buen nivel de fibra vegetal. El entramado lipídico está compuesto por ácidos grasos de alta calidad, concretamente por el ácido oleico (omega-9) y el ácido linolénico (omega-3).
A la hora de analizar la composición y los principios activos de la menta, es bien sabido que las hojas y las sumidades floridas de la planta contienen unos órganos, llamados pelos secretores, en los que se recoge la sustancia responsable de su típico olor y sabor aromáticos. Esta sustancia aceitosa, de color blanco amarillento, opaca y con un ligero tinte verdoso, se encuentra en un porcentaje del 0,3 al 0,5% en la hoja fresca y más del 1,1% en la hoja seca y se denomina aceite esencial o esencia.
Aceite esencial de menta
El aceite se extrae por infusión o destilación. La composición porcentual específica del aceite esencial puede variar de una zona a otra en función de muchos factores:
- Especie
- Diferencias de suelo y clima
- Presencia o ausencia de determinados microorganismos
- tiempo de cosecha, etc.
Sin embargo, el porcentaje medio que se puede encontrar en un aceite con un buen valor comercial es:
- 50-65% de mentol total, del cual 5% esterificado
- mentona 8-30%
- isomentona 6-10%.
- 1-8 cineol alrededor del 10%.
- Luego encontramos, en bajos porcentajes: alfa y beta-pineno, limoneno, acetato de mentol y piperitona, mentofuran, y muchos otros.
La esencia más preciada y apreciada tanto en la industria de la confitería como en la farmacéutica es la que contiene mayores cantidades de mentol libre y esterificado con un menor contenido de mentol.
Mentol
En el surtido de monoterpenos, en particular los oxigenados que desempeñan papeles imperativos en los diversos efectos de la menta, el mentol es el componente más importante, responsable de la mayor parte de los efectos farmacológicos de la planta.
Es una sustancia cerosa, cristalina, transparente o de color blanco, que es sólida a temperatura ambiente y se funde a temperaturas ligeramente elevadas. El mentol también se encuentra en los aceites esenciales de muchas especies e híbridos del género, especialmente de la mentha
Valores nutricionales y especies
La variabilidad en la composición esencial de la menta sigue siendo apreciable entre especies.
De hecho, algunas especies presentan valores muy bajos de mentol y mentona, pero presentan otros compuestos como pulegona, carvona, limoneno, acetato de mentol, piperitona, etc. en porcentajes significativos y muy variables.
Beneficios de la menta para la salud
Se utilizan diferentes especies de menta para prevenir o curar diferentes patologías o enfermedades
- reumatismo
- disentería
- dispepsia
- alergias cutáneas
- escalofríos
- infecciones de garganta
- estreñimiento
- espasmos
- cálculos en la vejiga
- cálculos biliares
- diarrea
- dolor de muelas
- dolores de estómago
- disnea
- gastrodinia.
Actividad antimicrobiana y fungicida de la menta
La actividad antimicrobiana ejercida por la menta sugiere su uso para prevenir y tratar muchas enfermedades de carácter infeccioso causadas por microbios y hongos.
Por esta razón, el uso de productos a base de extractos de menta o de aceite esencial de menta está muy extendido en el tratamiento de la irritación de la garganta y la boca, y de las enfermedades de las vías respiratorias. El aceite esencial de menta se utiliza como germicida y en el tratamiento del virus del herpes simple, tanto labial como genital.
El poder antimicrobiano del mentol es un buen elemento disuasorio del mal aliento. La causa es la acumulación de placa bacteriana en los dientes. La placa causa inflamación y sangrado de las encías. La sangre producida es digerida por las bacterias, lo que da lugar a la producción de gases de mal aliento.
Utilizar un enjuague bucal que contenga mentol o enjuagarse con infusiones de menta favorece la salud bucal y elimina o reduce los gérmenes causantes del mal olor.
Masticar hojas frescas también es suficiente para mantener unos dientes y encías sanos.
Propiedades digestivas de la menta
Como uno de los productos medicinales más populares, las propiedades beneficiosas de la menta para el sistema digestivo parecen incuestionables. Su acción se produce ya en el estómago y se extiende a los intestinos. La investigación científica ha indicado repetidamente los valiosos efectos sobre el sistema gastrointestinal.
Las hojas de menta se utilizan a menudo en las recetas de hierbas para las dolencias gastrointestinales.
La decocción se utiliza como carminativo, en épocas de mayor dificultad creada por los gases. La menta se puede consumir en forma de chutney, como salsa de acompañamiento, especialmente en verano junto con mantequilla para frenar la diarrea. Su contenido en mentol y otros monoterpenos ayuda a prevenir las flatulencias. En infusión es una ayuda igualmente buena para expulsar el exceso de gases de los intestinos.
La menta también es eficaz para tratar el dolor abdominal. El extracto de hoja de menta tiene efectos relajantes sobre el músculo liso intestinal, lo que concuerda con el uso tradicional de la planta para tratar trastornos gastrointestinales como la diarrea y los cólicos, especialmente en casos crónicos en niños.
Las propiedades de la menta, y en particular de su extracto, para actuar como relajante del músculo liso pueden ser beneficiosas contra los dolores menstruales, aliviando las situaciones dolorosas.
La Menta como antimicrobiano natural
Unas cuantas hojas de menta hervidas en agua junto con semillas de cardamomo o junto con té verde constituyen una útil bebida antiemética. De hecho, la sensación de náuseas que invita al vómito puede mantenerse bajo control gracias a la infusión.
Así, la bebida ejerce una acción relajante sobre la musculatura lisa involuntaria, sedando rápidamente el impulso de las arcadas.
Esta propiedad de la menta es especialmente útil para quienes sufren mareos.
Su eficacia también se ha probado con éxito en pacientes sometidos a quimioterapia, reduciendo la frecuencia e intensidad de las náuseas y los vómitos.
Efecto antioxidante de la mente
El consumo adecuado de menta o de sus extractos permite al organismo utilizar todas sus sustancias antioxidantes, que nos ayudan a contrarrestar el efecto de ciertos compuestos reactivos del oxígeno (ROS) producidos por el cuerpo durante el metabolismo celular normal.
Se trata de los conocidos «radicales libres», temibles enemigos de nuestra salud, reconocidos como responsables del desarrollo de muchos estados de enfermedad, como:
- Enfermedades cardiovasculares
- Tumores
- Debilitamiento del aparato visual
- Otros fenómenos relacionados con la edad en general, incluyendo la demencia y el Alzheimer.
Beneficios respiratorios
La inhalación de las partes esenciales volátiles parece ser especialmente útil para mejorar la salud respiratoria. De hecho, ofrece un alivio de la irritación en la faringe y la garganta al promover la actividad expectorante del moco y la liberación de la congestión en las vías respiratorias superiores, especialmente si es crónica en el tiempo.
De hecho, la sofocación con vapores de aceite esencial de menta puede proporcionar el mismo beneficio (3-4 gotas diluidas en el agua que se va a vaporizar).
El efecto se debe tanto a la acción antimicrobiana como a la acción balsámica de los compuestos que constituyen la esencia de la menta. El aceite y los extractos de esta planta son excelentes coadyuvantes en el tratamiento de los estados gripales en los que las funciones normales de las vías respiratorias están alteradas. Tienen un efecto regulador de las secreciones, reducen la inflamación y los estados catarrales de las vías respiratorias superiores.
La menta también es eficaz si se toma internamente, a través de una bebida caliente en la que se disuelven unas gotas de aceite esencial, hasta un máximo de 12 gotas al día.
Menta: remedio natural para el dolor de cabeza
La cefalea tensional es la forma más común de dolor de cabeza. En la evaluación científica, el tratamiento tópico local con aceite de menta ha demostrado ser significativamente eficaz. El aceite de menta se dirige a la fisiopatología de los dolores de cabeza de varias maneras.
Su eficacia es comparable a la del ácido acetilsalicílico o el paracetamol. Tanto es así que se han autorizado soluciones que contienen un 10% de aceite de menta en etanol para el tratamiento de las cefaleas tensionales en adultos y niños mayores de 6 años. Está incluido en las recomendaciones y directrices de tratamiento de las respectivas sociedades profesionales y se considera un tratamiento estándar para el tratamiento agudo de la cefalea tensional.
Menta: Contraindicaciones y efectos secundarios
La menta es generalmente bien tolerada, salvo en casos de alergia a la planta y siempre que no se superen las dosis recomendadas.
Los productos mentolados no deben utilizarse directamente bajo la nariz de los niños pequeños y de los lactantes debido al riesgo de apnea.
Cómo utilizar la menta
De las plantas medicinales, el 72% de las cantidades se destinan a las industrias de licores, productos farmacéuticos y cosméticos, el 16% al sector de la herboristería y sólo el 12% al uso alimentario.
Las partes utilizadas en la menta son principalmente las hojas de las partes aéreas, aunque toda la planta posee los principios activos más valiosos.
Las hojas de menta pueden cosecharse durante todo el año, aunque la época más favorable es la de plena floración, sobre todo en agosto.
Una vez cosechada, la menta debe consumirse inmediatamente o secarse al aire y a la sombra, ya que incluso seca conserva su aroma hasta un año si se almacena bien. Esta es la forma en la que suele encontrarse la menta en el mercado, ya que el mercado en fresco es muy reducido o se limita a los plantones aromáticos en macetas.
Si nos fijamos en los productos derivados de la menta, la forma más común es el aceite esencial.
Secado de la menta
El secado es el tratamiento mediante el cual se elimina la mayor parte del agua de las partes cosechadas de la planta. Debe llevarse a cabo de forma que se bloquee la composición química y las propiedades farmacológicas relacionadas, impidiendo la actividad enzimática, permitiendo así que la planta se transforme en un medicamento.
Mediante el secado, se evitan las fermentaciones, el moho, las variaciones de color y organolépticas (olor y sabor).
El secado es mejor si es completo, rápido y se realiza a la menor temperatura posible. La temperatura recomendada no debe superar los 40° C para que la operación se complete en 5-10 días.
Además, un secado bien realizado mantiene e incluso aumenta las propiedades aromáticas características de la planta. En efecto, la pérdida de agua aumenta la concentración de los aceites esenciales. Aceite esencial de menta – preparación y uso
Los aceites esenciales pueden obtenerse de plantas de menta frescas o secas mediante destilación. Las leyes físicas y químicas que rigen la destilación de las hierbas aromáticas exigen la separación del agua y de los aceites esenciales (o esencias) que contienen. La destilación da un rendimiento muy variable (0,15-0,30%) según la calidad de la materia prima y el año de producción.
El valor del aceite esencial reside tanto en las propiedades organolépticas de la materia prima utilizada como en la calidad del producto acabado. El aceite esencial es mejor si contiene abundante mentol libre y esterificado y un bajo porcentaje de mentol, que le da un olor agrio.
La esencia de menta es muy utilizada para:
- Preparación de productos medicinales, higiénicos y afines
usos alimentarios - Confitería
- La industria del licor.
Las técnicas de extracción de las que se obtienen productos aptos y legalmente permitidos para su uso terapéutico son el prensado y la destilación al vapor.
Aceite esencial de menta: recomendaciones de uso
En lo que respecta al aceite esencial, es importante seguir ciertas normas de conducta y uso.
- Manténgalo fuera del alcance de los niños.
- Guárdelo en un lugar fresco y oscuro.
- No lo aplique sobre la piel, ya que causa irritación.
- Para uso tópico, se recomienda diluirlo en aceite de almendras o de oliva en una proporción de 1:4.
- No lo utilice en las partes más sensibles y delicadas del cuerpo (por ejemplo, los ojos, las partes genitales).
- En general, puede tomarse hasta tres veces al día, preferiblemente después de las comidas, en la dosis de 3-4 gotas cada vez diluidas en un líquido o en una cucharadita de azúcar seguida de un vaso de agua. También puede tomarse mezclado en una cucharadita de aceite de oliva u otros aceites comestibles (de nuevo hasta un máximo de 4 gotas cada vez).
- En los adultos, el tratamiento no debe ser continuo durante más de 3 semanas. Debe intercalarse con un descanso de dos semanas.
- Evitar la ingesta oral durante el embarazo y la lactancia y en niños menores de 3 años.
- Para la inhalación, el aceite puede tomarse por sufusión.
- Diluir hasta un máximo de 4 gotas en medio litro de agua muy caliente e inhalar los vapores durante unos 5 minutos. Esto puede repetirse un par de veces más al día.
Usos alternativos de la menta
El aceite, mezclado con otros aceites, también puede utilizarse para realizar masajes relajantes.
En perfumería y cosmética, existen numerosos preparados que utilizan esencia de menta. Las cremas, geles y emulsiones están formuladas con mentol como agente purificador y desinfectante de la piel y como reactivador de la circulación sanguínea en el tratamiento de las imperfecciones (como la celulitis, los capilares y la pesadez de las articulaciones): proporcionan un alivio inmediato del frescor.
Propiedades Medicinales de la Menta
La planta de la menta siempre ha acompañado a la medicina y ha demostrado ser de gran ayuda.
Incluso en el siglo XIX, el médico francés Trousseau la prescribía para tratar los vómitos, los dolores de estómago y también para la tos. Sin duda, la menta ha estado al lado de las sucesivas generaciones desde la antigüedad hasta nuestros días para diversas aplicaciones terapéuticas, como:
- Antiinflamatorio
- Anti-catarral
- Antiemético
- Analgésico y contra las náuseas
- Bronquitis
- Flatulencia
- Úlceras
- Colitis.
- También para uso externo contra el picor y los dolores de cabeza y como astringente y antiséptico.