Música para hacer deporte

Las frecuencias expresadas, por ejemplo, por las cuerdas (violines, violas, violonchelos) estimulan el tono de los músculos erectores de la columna vertebral -que intervienen en el mantenimiento de la postura-, a diferencia de los instrumentos eléctricos modernos, que tienden a inhibirlo.

Las composiciones caracterizadas por sonidos de alta frecuencia y ritmos fuertes son especialmente adecuadas para los ejercicios posturales, es decir, todos aquellos ejercicios destinados a compensar, corregir y prevenir los vicios posturales típicos del individuo civilizado.

Merece la pena probar en este contexto un Menuetto, de nuevo de Mozart, tomado de la Sinfonía nº 6, o un Biancheggia in mar lo scoglio tomado de ‘Il sogno di Scipione’, quizás colocándose en equipo con los miembros inferiores contra la pared y la espalda en el suelo, con la delordosis cervical.

 

 

¿Cómo influye la música en el deporte?

Las investigaciones han demostrado que escuchar música mientras se entrena mejora el rendimiento y la preparación atlética, ya que el cuerpo y los músculos se relajan, hay más flujo sanguíneo y se tiene más control sobre los movimientos.

¿Qué música escuchan los deportistas?

La música debe ser adecuada para la actividad que se realiza. Por ejemplo, la música rítmica, rápida y alta, con percusión y bajos «bombeados», es la mejor para hacer pesas, y para correr, el rap, el thrash metal o el rock.

Entrenamiento de running al ritmo de la música

La combinación de música y deporte encuentra su máxima expresión en la fase que precede al momento competitivo, es decir, durante el entrenamiento o en las fases inmediatamente anteriores a la competición. Piense, en este sentido, en las imágenes de los equipos de fútbol llegando al estadio donde, unos minutos más tarde, jugarán su partido. ¿Con qué frecuencia ve a los futbolistas con auriculares y escuchando música antes de llegar al vestuario?

Pero, ¿cómo elegir la canción adecuada y maximizar la relación entre deporte y música?  Todo gira en torno a las pulsaciones por minuto. La solución óptima es adaptar el ritmo de la canción a la frecuencia cardíaca.

Comentarios

Cuando pulsas «Play» comienza el espectáculo musical, todo a tu alrededor adquiere un significado diferente, sientes cada pequeña señal que nos envía tu cuerpo, te sientes vivo, tu sangre fluye rápidamente, te sientes invencible y lleno de energía: no son los efectos de algún alucinógeno, sino simplemente los «regalos» que nos hace la música.

Independientemente del tipo de música, cada deportista elige y selecciona la suya, pero podemos decir que la música contribuye a la toma de conciencia y a la gestión del propio estado antes de una actuación, lo que constituye un excelente uso productivo para los deportistas y para quienes tienen que afrontar una tarea con un elevado gasto de energía.

Música para deportes de combate

Ellie recuerda cuando era adolescente, se ponía los auriculares y, acurrucada en el asiento del autobús escolar, escuchaba canciones que la llenaban de energía de camino a los partidos de fútbol del instituto. Invariablemente, el ritmo palpitante de la música le infundía valor para defender la portería como guardameta titular. A día de hoy, Ellie sigue confiando en la música para llenarse de energía, quizá poniéndose los auriculares en la oficina antes de una reunión importante y no sólo en los partidos del fin de semana.