¿Puede un PSOE dividido resistir hasta 2027? Entra y decide tú

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By Ramiro Doldán de Cáceres

La rebelión silenciosa en el PSOE: Felipe, Page y los barones que retan a Sánchez

El partido se rompe por dentro: los históricos ya no callan

Pedro Sánchez atraviesa uno de los momentos más delicados de su mandato. Mientras desde Moncloa intenta proyectar una imagen de estabilidad, lo cierto es que la tormenta le llega desde dentro. Barones territoriales, expresidentes y antiguos referentes del PSOE han comenzado a levantar la voz contra su liderazgo. Lo que empezó como un leve murmullo se ha convertido en un clamor cada vez más audible: una rebelión silenciosa, pero persistente, contra el presidente del Gobierno.

El detonante más reciente ha sido la negativa del líder del PSOE en Castilla y León a firmar un manifiesto de apoyo a Sánchez. Pero este gesto es solo la punta del iceberg. Lo que realmente se está gestando es una fractura profunda entre el actual aparato del partido y quienes consideran que el PSOE ha perdido su identidad.

El pulso de los barones

Uno de los rostros más visibles de esta contestación interna es Emiliano García-Page. El presidente de Castilla-La Mancha se ha consolidado como la voz más crítica del socialismo territorial. Su negativa a firmar apoyos cerrados, sus intervenciones directas en el Comité Federal, y su falta de aplausos en los discursos de Sánchez son solo algunas muestras de su disidencia abierta.

En el último Comité Federal, García-Page protagonizó una escena que ya forma parte de la iconografía de la crisis interna del PSOE. Mientras todos los presentes se levantaban a aplaudir a Sánchez tras un discurso cargado de autocomplacencia, Page se mantuvo inmóvil. No hubo palmas, ni gestos de respaldo. Solo silencio. Un silencio que decía mucho más que mil palabras.

Pero Page no está solo. Javier Lambán, expresidente de Aragón, también ha mostrado su desapego hacia el actual rumbo del partido. A ellos se suma Guillermo Fernández Vara, desde Extremadura, quien ha cuestionado la deriva sanchista en más de una ocasión. Y entre los cuadros medios del partido, cada vez son más los que sienten que el PSOE ha dejado de ser un partido federal y dialogante para convertirse en una maquinaria de poder centralizado.

Sánchez vs. el socialismo clásico

Las críticas no solo vienen desde los territorios. Los pesos pesados del socialismo histórico tampoco esconden su malestar. Felipe González, expresidente del Gobierno y símbolo del PSOE moderno, ha sido tajante: «Yo no volveré a votar por el PSOE mientras siga esta dirección». La frase, breve pero devastadora, refleja el profundo desencanto que muchos sienten con la gestión de Sánchez.

Alfonso Guerra, otro de los grandes arquitectos del socialismo de la Transición, también ha dejado perlas como: «Este no es el partido que nosotros construimos». Ambos consideran que el PSOE ha abandonado los principios de la socialdemocracia para abrazar una política oportunista y centrada exclusivamente en la supervivencia del poder.

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El escándalo Cerdán-Ábalos: gasolina al fuego

Como si la crítica ideológica no fuera suficiente, la reciente investigación que salpica a Santos Cerdán —secretario de Organización del PSOE y mano derecha de Sánchez— ha agravado la crisis. Según informes de la UCO, Cerdán podría estar implicado en el cobro de comisiones ilegales relacionadas con contratos públicos.

El caso ha reabierto heridas mal cerradas desde la «Operación Delcy» y el caso Ábalos. La sombra de la corrupción vuelve a planear sobre el Gobierno, y muchos dentro del PSOE exigen responsabilidades. Sánchez compareció para defender a su equipo, pero el gesto no ha calmado a las bases ni a los críticos internos. Al contrario: ha aumentado la percepción de que el partido está blindando a los suyos mientras la ética política se diluye.

Felipe González y Alfonso Guerra: ¿por qué alzan ahora la voz?

Muchos se preguntan por qué figuras como Felipe González y Alfonso Guerra han decidido romper su silencio justo ahora. La respuesta parece clara: la situación ha llegado a un punto de no retorno. La indignación por los pactos con partidos independentistas, la gestión opaca de los fondos europeos, y la percepción de que el PSOE ha perdido el rumbo moral han hecho estallar el vaso.

González lleva años lanzando mensajes velados, pero su última afirmación ha sido contundente. Guerra, por su parte, sigue denunciando que la falta de debate interno y el culto a la personalidad de Sánchez es una anomalía democrática.

Page y Lambán: el bloque crítico se articula

Emiliano García-Page no se limita a la crítica. Su propuesta de someter a Sánchez a una moción de confianza ha sido interpretada como un órdago en toda regla. Lo mismo ocurre con Javier Lambán, quien ha asegurado que el PSOE debe «replantearse quién lo lidera y hacia dónde va». Ambos buscan articular un bloque regeneracionista que plante cara a la actual dirección.

No se trata solo de una cuestión de egos. La batalla en el PSOE es una batalla por el alma del partido. Y cada vez más dirigentes regionales se sienten alejados del proyecto de Sánchez.

Ecos del pasado: ¿vuelve la crisis de 2016?

La situación actual recuerda a la vivida en 2016, cuando Pedro Sánchez fue defenestrado por el Comité Federal tras negarse a facilitar la investidura de Mariano Rajoy. En aquel momento, el partido se fracturó entre «sanchistas» y «susanistas». Hoy, el escenario se repite, pero con protagonistas diferentes.

La diferencia es que Sánchez, ahora desde el poder, controla todos los resortes del partido. Pero eso no ha impedido que la crítica se abra paso. La tensión interna recuerda peligrosamente a los episodios que precedieron al colapso del PSOE en las elecciones de 2011.

¿Qué puede pasar en 2027?

A tres años de las próximas elecciones generales, la pregunta es inevitable: ¿podrá el PSOE llegar unido a 2027? Las voces críticas apuntan a que, si no hay un cambio de rumbo, el desgaste será irreversible. La moción de confianza sugerida por Page podría precipitar una crisis interna que derivara en elecciones primarias anticipadas.

Sánchez, por su parte, se aferra a una mayoría parlamentaria frágil y a un núcleo duro que no admite disidencias. Pero el viento sopla en contra. Y si las encuestas empiezan a castigar al PSOE, la rebelión podría dejar de ser silenciosa.

FAQ

¿Quiénes son los principales críticos de Pedro Sánchez en el PSOE?
Emiliano García-Page, Javier Lambán, Felipe González y Alfonso Guerra lideran la oposición interna al presidente del Gobierno.

¿Por qué están criticando a Sánchez?
Cuestionan su liderazgo personalista, los pactos con independentistas, la falta de debate interno y los escándalos de corrupción que salpican a su entorno.

¿Puede haber una moción de confianza?
Page ha sugerido esa opción como mecanismo para forzar un replanteamiento del liderazgo.

¿Hay precedentes de crisis similares en el PSOE?
Sí, en 2016 Sánchez fue obligado a dimitir tras perder el apoyo del Comité Federal. La historia podría repetirse si la presión interna continúa.

El PSOE vive hoy una encrucijada. Pedro Sánchez ha transformado el partido en torno a su figura, pero a costa de romper puentes con una parte importante de su base. La rebelión que antes se murmuraba en los pasillos ahora se escucha en los discursos y en los silencios. Si Sánchez no rectifica, no solo pondrá en riesgo su mandato. Pondrá en riesgo la identidad misma del partido.

Y cuando un líder no escucha a los suyos, el final es cuestión de tiempo.