que nos aporta la música a los seres humanos

Además de su indiscutible valor recreativo, del que disfrutamos desde hace unos 60.000 años, la música tiene un potencial terapéutico que ya mencionaron Platón y Aristóteles: en la antigua Grecia, el dios Apolo era el dios de la música y la medicina. Escuchado, tocado, improvisado y bailado, es útil en el tratamiento de numerosas enfermedades, desde la neurología hasta la oncología. La música puede curar, es una actividad compleja, particularmente representativa de las funciones cognitivas superiores del hombre y puede estar en el origen del desarrollo del lenguaje verbal.
Así que descubramos los beneficios que la música puede aportar a su salud y bienestar.

Los beneficios de la música

En la actualidad, existen innumerables estudios que avalan el poder terapéutico de las notas. La música es una panacea para la salud y tiene un enorme poder terapéutico en un amplio abanico de enfermedades: ayuda en los trastornos del estado de ánimo, la angustia psicológica, la depresión y una serie de síndromes clínicos como las dificultades de lectura y aprendizaje, el autismo, la demencia y las enfermedades neurodegenerativas. Además, el ejercicio muscular vinculado al uso de un instrumento es una terapia de rehabilitación excelente y agradable incluso para los pacientes que han sufrido lesiones motoras. Además, la práctica de la música como afición o en forma de musicoterapia es un método importante para reforzar la llamada «reserva cognitiva», es decir, la función cerebral que contrarresta el desarrollo de la demencia en la vejez.
La música estimula nuestra conciencia interior, aumenta nuestro bienestar y mejora nuestro estado de ánimo; afecta a nuestro ritmo cardíaco, a la presión arterial, a la respiración, al nivel de ciertas hormonas, sobre todo las del estrés, y a las endorfinas. Escuchar la música de Mozart, por ejemplo, beneficia a la memoria y al aprendizaje, ya que ayuda a la concentración y mejora la productividad. La música da al oyente la oportunidad de expresar y percibir sus emociones, de mostrar o comunicar sus sentimientos o estados de ánimo a través del lenguaje no verbal. Por ejemplo, en el caso de las personas con autismo, la música permite que el mundo exterior entre en comunicación con ellos, favoreciendo el inicio de un proceso de apertura.
También se ha demostrado que los niños que asisten a clases de música tienen un mayor crecimiento del coeficiente intelectual que los que asisten a otras actividades extraescolares.
Dados los numerosos beneficios de la música, no es de extrañar que la propia música se haya utilizado en rituales y ceremonias desde el principio de los tiempos. Hoy en día, las futuras madres comparten listas de reproducción para la sala de partos para dar la bienvenida a la nueva vida y, a la inversa, los necesitados pueden recurrir a un arpista para ayudar a los enfermos terminales a «seguir adelante».

¿Qué hace que una canción sea más relajante que otra?

La música tiene un fuerte impacto en nuestro cerebro, y la música con una frecuencia más armoniosa o relajante genera mayores estados de bienestar. En este sentido, existe una teoría muy conocida, aunque aún no validada empíricamente, sobre los beneficios de la música relajante, con una frecuencia de 528 Hz, para nuestro cuerpo. A continuación encontrará algunas de las características a las que debe prestar atención para encontrar su música curativa.

Tono: Un sonido agudo genera más tensión en el oyente, mientras que un sonido más grave provoca menos tensión.
Intensidad: un sonido más fuerte tiene un efecto energizante, un sonido más débil uno relajante.
Ritmo: el regular tiene un efecto estabilizador, el irregular, por el contrario, desestabilizador.
Tempo: si es rápido tiene un efecto excitante, mientras que si el tempo es moderado da una sensación de ambiente sereno.
Efectos ligados a la memoria colectiva: el sonido del órgano genera sobre todo una sensación de elevación espiritual, ya que desde hace siglos, en la música occidental, este instrumento se utiliza en el ámbito eclesiástico durante las funciones religiosas.
Efectos ligados a la memoria individual: cada momento de nuestra vida está marcado por imágenes, sonidos y olores, de modo que la repetición de una imagen, una secuencia sonora o un determinado olor puede traer un determinado recuerdo. Por eso no todos tenemos las mismas reacciones ante una determinada melodía o pieza musical.

Medicina musical frente a musicoterapia

En la medicina musical, el médico hace que su paciente escuche por sí mismo música pregrabada. La musicoterapia, en cambio, se basa en la relación entre el musicoterapeuta y el paciente y en la intervención activa de ambos, también mediante el uso de instrumentos musicales sencillos.
En ambos casos, sin embargo, es fundamental partir de la individualidad y las preferencias personales.
 La musicoterapia tiene como objetivo desarrollar el potencial y/o las funciones residuales del individuo de manera que pueda lograr una mejor integración intra e interpersonal y, en consecuencia, pueda mejorar la calidad de vida a través de un proceso preventivo, rehabilitador o terapéutico.