Pedro Sánchez remodela su gobierno

Con un calor que no hay quien lo soporte y nuevas restricciones para parar la «locura y el desenfreno» de los jóvenes, llegamos prácticamente al ecuador del mes de Julio. Con mucho calor pero con caras nuevas en el gobierno. Sánchez da la sorpresa y mueve el banquillo de ministros

Siempre se ha dicho, es lo más habitual y normal. En época estival, la información o las noticias del día a día bajan. En teoría, no pasa nada, la gente se va de vacaciones, los políticos se relajan y entran en reposo. Pero siempre nos quedará Pedro. Sin duda, es una caja de sorpresas de la que nunca dejan de salir novedades.

Empezaremos la segunda quincena de Julio con un cambio ya digerido. Y es que, la criba que se ha hecho en el consejo de ministros, bien vale este artículo.

Caras que a las que ya nos habíamos acostumbrado a ver… vuelan. Caras que habíamos olvidado, vuelven al coso político.

Óscar López

Sin duda, lo que más nos ha sorprendido en La Tribuna de Madrid Norte. El viejo amigo de Sánchez, relegado a un segundo plano y enchufado en Paradores (que tampoco esta nada mal) resurge de sus cenizas y vuelve como Director del Gabinete de Presidencia.

Ole, ole y ole… unos añitos en un cargo de esos que dejan buenos euros a final de mes a ser el manda más en el gabinete del Presidente.

Su valía como político, que quieren que les diga, no merece la pena juzgarla. Una cosa si que diré, es otro más, otro profesional de la política que lleva años metido en el ajo, encadenando un puesto con otro y que, eso, no tiene explicación, ni justificación ninguna. Eso si, mucha suerte señor López, que usted lo haga bien.

Carmen Calvo, Celaá, Abalos, Pedro Duque…

Estos cuatro, son algunos  de los damnificado en el nuevo gobierno de Pedro. Cuatro pesos pesados, que son movidos al banquillo. La Vicepresidenta, la Ministra de Educación y el todopoderoso José Luis Ábalos,  pilares básicos del Gobierno durante estos años pasan a segunda fila. Eso si, no creo yo que dejen su sillita de diputados en el Congreso

Y luego, el cuarto en discordia, el astronauta reconvertido a político que ve como se le acaba la pequeña aventura como ministro. Ministro de Ciencia, que ni pincha ni corta y que, sinceramente, es una cara conocida puesta en un puesto importante. Vamos, un Toni Cantó de la vida.

Nos vemos en la próxima.