La vitamina E es fundamental para el bienestar y la salud de todo el organismo. Con propiedades antioxidantes y rico en beneficios para la corazón, el cerebro y el sistema inmune, la Vitamina e También juega un papel importante en la prevención del cáncer y ayuda a proteger al cuerpo de la contaminación y los daños de, por ejemplo, el humo del cigarro.
Vitamina E:¿ Qué es ?
La Vitamina e, al igual que las vitaminas A, D y K, es una vitamina liposoluble, es decir, se acumula en el hígado y se absorbe junto con las grasas de la dieta; en consecuencia, esta vitamina se puede almacenar en el cuerpo como suministro. Además, el Vitamina E es termolábil, por lo que su concentración tiende a reducirse con el calor; por esta razón, se encuentra principalmente en alimentos sin procesar, sin refinar y sin cocinar.
Los beneficios de la vitamina E
La Vitamina E es un antioxidante esencial para el bienestar de todo el organismo. Entre los múltiples beneficios que ejerce en el interior del organismo, la Vitamina E, se encuentran los siguientes
- Acción antioxidante sobre las membranas celulares, lo que ayuda a prevenir la aparición de ciertos tipos de cáncer y a reducir la incidencia de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer;
- Ayuda a fortalecer el sistema inmune y reducir el estado inflamatorio del organismo;
- Protege el sistema cardiovascular ya que previene la oxidación del colesterol malo (LDL), por tanto, se deposita con mayor dificultad en las arterias, y es capaz de reducir los procesos de creación de plaquetas – de esta forma ayuda a reducir el riesgo de desarrollar placas ateroscleróticas , problemas cardíacos y circulatorios, así como accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos;
- Mejora y conserva la función ovárica, aumentando así la fertilidad femenina y demostrando ser un gran aliado para la salud de la mujer;
- Es un valioso anticoagulante, ya que promueve la dilatación de los vasos sanguíneos.
Además, su acción antioxidante también es valiosa para defender al organismo de agentes ambientales nocivos como la contaminación, pesticidas y otras toxinas y puede ayudar a aumentar la elasticidad de la dermis así como a prevenir arrugas y estrías.
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¿En qué alimentos se encuentra la vitamina E?
Los alimentos Ricos en Vitamina E son abundantes en grasas buenas, o aquellos lípidos que contribuyen a aumentar los niveles de colesterol bueno (HDL) y disminuir los niveles de colesterol malo (LDL) en la sangre. Entre los alimentos más ricos en Vitamina E, nos encontramos:
- Aceite de oliva
- Aceite de girasol
- Aceite de germen de trigo
- Aceite de almendras
- Aceite de avellanas
- Aceite de maíz
- Nueces (almendras, nueces, avellanas, anacardos)
- Semillas oleaginosas
- Cereales integrales
- Hígado
- Vegetales de hoja verde (espinacas, brócoli)
- Especias (pimentón, pimienta, guindilla, comino)
- aceite de hígado de bacalao
- Bacalao
- Yema
- Aceitunas
- Productos lácteos
Inconvenientes de la vitamina E
En promedio, un adulto debe consumir de 7 a 15 mg de Vitamina E por día, cantidad que se puede alcanzar fácilmente mediante la adopción de una dieta variada y equilibrada.
La escasez de Vitamina E es poco común y generalmente se debe a situaciones específicas, como dietas estrictas y hipocalóricas con muy bajo contenido en grasas, desnutrición, compromisos digestivos, anomalías, tanto genéticas como adquiridas, en la absorción o metabolismo de las grasas. En general, el escasez de Vitamina E puede ser la base para la aparición de ciertos síntomas, como:
- Defectos en el crecimiento y el desarrollo (en el caso de bebés o niños)
- Trastornos del sistema nervioso;
- Problemas neurológicos y musculares como sensación de entumecimiento en las extremidades, hormigueo, fatiga;
- Alteraciones de la visión;
- Alteraciones de la concentración;
- Neuropatía periférica, miopatías, retinopatía y respuestas inmunitarias deterioradas.
Por el contrario, el exceso de Vitamina E puede provocar dolor de cabeza, náuseas, fatiga y sangrado.
Si nos encontramos bajos en Vitamina E se deben tomar suplementos específicos, siempre y estrictamente bajo prescripción y supervisión médica, especialmente en presencia de condiciones específicas, así como durante el embarazo y la lactancia.