Hablamos de cine, hablamos de una de las mejores películas de la historia del cine clásico. Rick, el mítico personaje interpretado por Humphrey Bogart.
Casablanca: La Película
El encantador Rick, un aventurero neoyorquino, dirige un club en Casablanca. Es 1941 y la ciudad de la costa atlántica de África es un destino para todo tipo de personas: espías, pobres que quieren expatriarse, héroes de la resistencia, estafadores, traficantes, jugadores profesionales.
La bella Ilssa llega al club, junto con su marido Victor Laszlo, perseguido por los nazis. Rick ya la conocía, la historia de amor que habían vivido en Paris, un año antes, no se les había olvidado todavía a ninguno de los dos. Rick tiene de dos valiosos pasaportes y planea irse con ella. La historia de amor debe continuar. Pero al final, en el aeropuerto, Bogart se encarga de que Víctor, un héroe en la lucha contra el nazismo, salga (y se salve) en su lugar.
Una auténtica leyenda del cine, una de las más grandes, superior quizás a los méritos reales de la película. Pero, como sabemos, el cine no siempre es tan lógico
Alimentada a lo largo del tiempo por el mito perenne de Bogart, por las citas de Woody Allen y por las continuas reposiciones televisivas, la película perdura.
Hay que reconocer el gran mérito del extraordinario grupo de actores de carácter, que se han convertido en carteles perfectos e insustituibles en la representación de ciertos signos: el gordo Sidney Greenstreet, el ambiguo Claude Rains, el angustiado Peter Lorre.
La película también ganó el premio de la Academia en 1943 por sus declaraciones contra el «enemigo del mundo», convirtiéndose en un manifiesto de propaganda en tiempos de guerra. Hay numerosas secuencias memorables: la gente en la cafetería cantando la Marsellesa frente a los nazis; el flash-back de la historia de amor parisina y la escena final en el aeropuerto. Casablanca es una de las películas presentes y vivas de la comunicación y el cine.
Casablanca: La Crítica
El clásico de los clásicos, quintaesencia del mejor cine de Hollywood, una historia de giros imprevisibles, trepidante en su peligro y conmovedora en su historia de amor imposible, con el contrapunto de unos diálogos brillantes y las notas de ‘As time goes by’ de Herman Hupfeld . Besada mágicamente por la contingencia histórica, la historia de exiliados y refugiados con el leitmotiv del sacrificio se refleja en los numerosos «exiliados» contratados para la película. El aura mágica es también el resultado de la alquimia entre una seductora Ingrid Bergman y un Humphrey Bogart con un carácter ambiguo que marca la película (tipo duro de buen corazón, ni héroe ni villano, hace lo que hay que hacer), reforzado por unos actores secundarios inconmensurables. Sydney Greenstreet y Peter Lorre, los más destacados.
Un éxito de público más allá de las expectativas, que llegó a ganar un Oscar a la mejor película.
Casablanca woody allen
Una de las películas más icónicas de todos los tiempos es «Casablanca», dirigida por Michael Curtiz y estrenada en 1942. Esta obra maestra del cine ha dejado una huella imborrable en la historia cinematográfica, convirtiéndose en un clásico instantáneo. La película nos transporta a la ciudad de Casablanca durante la Segunda Guerra Mundial, donde el destino de muchos refugiados europeos se juega en un café llamado Rick’s Café Américain. «Casablanca» es una historia de amor, sacrificio y redención que ha cautivado a audiencias de todas las generaciones.
Woody Allen, reconocido director y guionista, es famoso por su estilo único y su amor por el cine clásico. En su filmografía, se pueden encontrar numerosas referencias y homenajes a películas y directores que han dejado una marca en la historia del cine. Uno de los ejemplos más destacados es su película «Casablanca», estrenada en 1972. En esta película, Allen rinde tributo a la obra maestra de Curtiz, recreando la historia de amor y sacrificio ambientada en la ciudad de Nueva York.
«Casablanca» de Woody Allen cuenta la historia de un neurótico propietario de un café llamado Humphrey Bogart, que se ve envuelto en un triángulo amoroso con dos mujeres fascinantes interpretadas por Diane Keaton y Mia Farrow. La película combina el humor característico de Allen con elementos románticos y dramáticos, creando una experiencia cinematográfica única. Allen logra capturar la esencia de la película original y al mismo tiempo añade su propio estilo y visión, convirtiendo a «Casablanca» en una obra única e inolvidable.
El homenaje de Woody Allen a «Casablanca» ha sido aclamado tanto por críticos como por cinéfilos. La película captura la esencia y el encanto de la original, al mismo tiempo que aporta su propio toque distintivo. Allen logra recrear la atmósfera nostálgica de la Casablanca de la década de 1940, transportándonos a un mundo lleno de romance y espionaje. «Casablanca» de Woody Allen es un recordatorio de la importancia y la eternidad del cine clásico, demostrando que las historias atemporales pueden ser reinterpretadas y seguir siendo relevantes para las nuevas generaciones.
En conclusión, «Casablanca» de Woody Allen es un homenaje brillante a la película original dirigida por Michael Curtiz. Allen logra capturar la esencia de la historia de amor y sacrificio, al mismo tiempo que añade su propio estilo y visión. «Casablanca» es una película que sigue resonando en el corazón de los amantes del cine, recordándonos la importancia y la eternidad de las historias atemporales. Tanto si eres fanático de la película original como si eres un seguidor de Woody Allen, esta versión de «Casablanca» seguramente te cautivará y te hará recordar por qué el cine clásico siempre nos quedará en el corazón.
Escena final casablanca
La escena final de Casablanca es sin duda una de las más icónicas y emotivas de la historia del cine. En ese momento culminante, Rick Blaine (interpretado por Humphrey Bogart) se despide de Ilsa Lund (interpretada por Ingrid Bergman) en el aeropuerto de Casablanca. La tensión emocional entre los dos personajes y la música de fondo crean una atmósfera inigualable.
La frase más famosa y significativa de esta escena es sin duda la que pronuncia Rick mientras se separa de Ilsa: «Siempre nos quedará París». Esta frase resume perfectamente el romance vivido entre los dos protagonistas en la ciudad del amor, pero también trae consigo un dejo de nostalgia y resignación. Aunque su amor no pueda ser, siempre tendrán los recuerdos de su tiempo juntos en París.
La escena final de Casablanca también destaca por la elección de la canción que acompaña el momento. «As Time Goes By» se ha convertido en un verdadero himno del cine y es imposible escucharla sin rememorar esta escena. La música, interpretada por Sam (Dooley Wilson), acentúa aún más la melancolía y el amor perdido que se respira en el aire.
El desenlace de Casablanca es agridulce, ya que Rick y Ilsa deben separarse para luchar en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, la escena final deja una sensación de esperanza y redención. Rick decide hacer lo correcto y dejar ir a Ilsa para que pueda estar con su esposo, Victor Laszlo. Es un acto de sacrificio y nobleza que muestra el carácter de Rick y deja una huella imborrable en el espectador.
La escena final de Casablanca se ha convertido en un ícono del cine por su emotividad, su mensaje y su impacto cultural. Es un recordatorio de que el amor verdadero implica a veces tomar decisiones difíciles y dejar ir a quienes amamos. Aunque el desenlace de Casablanca pueda ser triste, nos enseña que siempre habrá París, siempre habrá recuerdos y siempre habrá esperanza en el amor.